ORDINARIO DE LA MISA

PRIMERA PARTE DE LA MISA

La primera parte de la Misa va del comienzo al Ofertorio. Es la Misa de los Catecúmenos; Sirve de preparación al Santo Sacrificio propiamente dicho.

  Nos preparamos por medio de la Oración, la Alabanza y la Instrucción.

Oraciones: Oraciones al pie del altar. - Kirye. - Oraciones.

Alabanza: Introito. - Gloria. - Gradual. - Aleluya.

Instrucción: Epístola. - Evangelio. - (Sermón). - Credo

 El Sacerdote recita alternadamente con el monaguillo, el salmo Judica me, que expresa la tristeza, la confianza y la alegría:

  Tristeza por vivir en la tierra del exilio, en medio de un mundo corrupto y enemigo de Dios, expuestos al pecado.

  Confianza en la misericordia Dios Padre, cuyo Hijo Jesús ha muerto para expiar nuestros pecados, y que nuevamente sobre el altar nuevamente va a pedir perdón por nosotros.

  Finalmente alegría, al pensar en subir al altar, después de haber obtenido la paz de una buena conciencia.

  Este es el sentimiento de alegría que debe dominar en nosotros cada vez que asistimos a Misa. La asistencia a Misa debe ser para nosotros una dulce obligación, sobre todo los domingos.

(MISA DE LOS CATECÚMENOS)

1. - Ejercicio preparatorio

De rodilas

   Una vez que el Celebrante ha preparado el Cáliz en el altar y ha registrado el Misal, baja las gradas, hace la genuflexión al Santísimo Sacramento encerrado en el Sagrario y empieza con la señal de la Cruz, diciendo (y todos los asistentes con él): 

   Y luego prosigue, alternando con el Monaguillo:

  Sacerdote: Introibo ad altare Dei.   Sacerdote: Entraré al altar de Dios
  Monaguillo: Ad Deum qui laetificat juventutem meam.   Monaguillo: Hasta Dios, que alegra mi juventud.

Salmo 42

Se omite en las Misas de Difuntos y en las feriales

   Sacerdote:   Júdica, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta: ab homine iniquo, et doloso erue me.    Sacerdote: Juzgame oh Dios y defiende mi causa contra la gente malvada: del hombre perverso y enganador librame.
   Monaguillo: Quia tue es, Deus, fortitudo mea: quare me repulisti et quare tristis incedo dum affligit me inimicus?    Monaguillo: Siendo tu, oh Dios mi fortaleza como me siento yo desamparado, y porque ando triste al verme molestado por mi enemigo? -
   Sacerdote: Emitte lucem tuam, et veritatem tuam: ipsa me deduxerunt, et adduxerunt in montem sanctum tuum, et in tabernacula tua    Sacerdote: Enviame tu luz y tu verdad: ellas me han de guiar y conducir a tu santo monte, y a tu morada del Cielo
   Monaguillo: Et introibo ad altare Dei: ad Deum qui laetificat juventutem meam.    Monaguillo: Y entrare al altar de Dios: hasta Dios que es ;a a;egria de mi juventud.
   Sacerdote: Confitebor tibi in cithara Deus, Deus meus: quare tristis es, anima mea, et quare conturbas me?    Sacerdote: Y te alabare con la citara, oh Dios , Dios mio: por que estas triste, alma mia, t por que me turbas?
   Monaguillo: Spera in Deo, quoniam adhuc confitebor illi : salutare vultus mei, et Deus meus.    Monaguillo: Espera en Dios; pues aun he de celebrarte como a mi Dios y Salvador.
   Sacerdote: Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.    Sacerdote: Gloria al Padre y al Hijo y al Espiritu Santo
   Monaguillo: Sicut erat in principio, et nunc, et semper; et in saecula saeculorum. Amen.    Monaguillo: Como era en un principio y ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amen
   Sacerdote: Introibo ad altare Dei.    Sacerdote: Entraré al altar de Dios
   Monaguillo: Ad Deum qui laetificat juventutem meam.    Monaguillo: Hasta Dios, que alegra mi juventud.
   Sacerdote: Adjuctorium nostrum in nomine Domini.    Sacerdote: Nuestro socorro esta en el Senor,
   Monaguillo: Qui fecit caelum et terram.    Monaguillo: Que hizo el cielo y la tierra

Acto de Contrición y Absolución

  Para acercarnos a Dios debemos humillarnos y reconocernos públicamente pecadores, rezando, después del Celebrante, el Acto de contrición, y recibiendo de él la absolución de las faltas veniales:

   Sacedote:  Confiteor Deo ...    Sacedote: Yo pecador, etc.

Todos:

  Misereatur tui omnipotens Deus, et dimissis peccatis tuis, perducat te ad vitam aeternam.   Dios todopoderoso tenga misericordia de ti, y perdonados tus pecados, te lleve a la vida eterna. -
   Sacerdote:  Amen...    Sacerdote: Así sea

Todos:

  Confiteor Deo omnipotenti, beatae Mariae semper Virgini, beato Michaeli Archangelo, beato Joanni Baptistae, Sanctis Apostolis Petro et Paulo, omnibus Sanctis, et tibi Pater; quia peccavi nimis cogitatione, verbo et opere, (dándose tres golpes de pecho) mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa; Ideo precor beatam Mariam semper Virginem, beatum Michaelem Archagelum, beatum Joannem baptistam, sanctis Apostolos, Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te Pater, orare pro me ad Dominum Deum nostrum.   Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a los santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a vos, Padre; que pequé gravemente con el pensamiento, palabra, y obra, (dándose tres golpes de pecho) por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel arcángel, al  bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vos, Padre, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
   Sacerdote:   Misereatur vestri Omnipotens Deus, et dimissis pecatis vestris, perducat vos ad vitam aeternam.    Sacerdote: Dios todopoderos tenga misericordia de vosotros, y, perdonados vuestros pecados, os lleve a la vida eterna.
   Monaguillo: Amen.    Monaguillo: Así sea.
   Sacerdote: Indulgentiam, absolutionem U et remissionem peccatorum nostrorum, tribut nobis omnipotens, et misericors Dominus.    Sacerdote: El Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda la absolución U y el perdón de nuestros pecados.
   Monaguillo: Amen.    Monaguillo: Así sea.
   Sacerdote: Deus, tu conversus vivificabis nos.   Sacerdote: Oh Dios, vuélvete a nosotros y nos darás la vida.
   Monaguillo: Et plebs tua laebitur in te.    Monaguillo: Y tu pueblo se alegrará en Ti.
   Sacerdote: Ostende nobis, Domine, misericordiam tuam.    Sacerdote: Muéstranos, oh Señor, tu misericordia.
   Monaguillo: Et salutare tuum da nobis.    Monaguillo: Y sálvanos.
   Sacerdote: Domine, exaudi orationem meam.    Sacerdote: Señor, escucha mi oración.
   Monaguillo: Et clamor meus ad te veniat.    Monaguillo: Y mi clamor llegue hasta Ti.
   Sacerdote: Dominus vobiscum.    Sacerdote: El Señor sea con vosotros.
   Monaguillo: Et cum spiritu tuo.    Monaguillo: Y con tu espíritu.

El Celebrante sube al altar

  Obtenido con todo esto el beneplácito del Señor, el sacerdote junta las manos, y, subiendo las gradas del l altar, besa la piedra del mismo (la piedra del Sacrificio o piedra sagrada).

  Este beso al altar, significa el respeto, la veneración, el amor del Sacerdote por Jesucristo, representado por el altar.

  La piedra del altar, siempre contiene las reliquias de Santos Mártires.. Besando el altar, el Sacerdote muestra su unión con todos los Santos glorificados, reunidos en Christo, su Señor, y nos recuerda la obligación de ofrecernos, de inmolarnos como los Santos, si es que verdaderamente queremos participar del Sacrifico de Jesucristo.

  Sacerdote: Aufer a nobis, quaesumus, Domine, iniquitates nostras: ut ad Sancta Sanctorum puris mereamur mentibus introire. Per Christum Dominum nostrum. Amen    Sacerdote: Borra, oh Señor, nuestras iniquidades, para que merezcamos entrar con pureza de corazón al Santo de los Santos, por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.

  E inclinado sobre el altar, continúa diciendo:

  Sacerdote: Oramus te, Domine, per merita Sanctorum tuorum, quorum, reliquiae hic sunt, et omnium Sanctorum: ut indulgeris omnia peccata mea. amen    Sacerdote: Rogámoste, Señor, que por los méritos de tus Santos, cuyas Reliquias están aquí (y besa el altar), y por los de todos los Santos, te dignes perdonarme todos mis pecados. así sea.

PRIMERA INCENSACIÓN

(Se omite en las misas rezadas y en las cantadas de Difuntos)

  El diácono presenta al Celebrante la naveta con el incienso y le pide que lo bendiga, diciendo:

  Diácono: Benedicite, Pater reverende.   Diácono: Y mi clamor llegue hasta Ti.
  Sacerdote: Ab illo bene U dicaris, in cujus honore cremaberis. amen.   Sacerdote: Bende U cido seas por Aquél en cuyo honor vas a ser quemado. Así sea.

  El humo del incienso simboliza la oración de los Santos, y la nuestra, que sobre todo durante la Misa debe dirigirse hacia Dios igual que el incienso que se eleva al cielo.

  La incensación del altar es un homenaje de adoración a la Majestad divina, y una señal de reverencia a las reliquias de los Santos y al mismo altar.

  Antes de incensar, el Sacerdote, en honor de la Santísima Trinidad, pone en tres veces el icienso en el fuego del incensario, y lo bendice haciendo el signo de la Cruz. Después, inciensa primero la Cruz del altar, después las reliquias del mismo, y después al altar. Seguidamente, es incensado tres veces el Sacerdote, porque él representa a Jesucristo y es el Ministro de Dios.


El Celebrante se dirige al Misal para rezar el Introito.

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