2ª DIVISIÓN. - LA CONSAGRACIÓN

17. - Prefacio

(El prefacio cambia en algunas festividades)

  A modo de introducción, entre Celebrante y monaguillo (o el coro en las Misas cantadas), se entabla el siguiente diálogo:

  Sacerdote: Per omnia saecula saeculorum   Sacerdote: Por todos los siglos de los siglos
   Monaguillo: Amen.   Monaguillo: Así sea.
  Sacerdote: Dominus vobiscum.   Sacerdote: El Señor sea con vosotros.
  Sacerdote: Sursum corda.   Sacerdote: ¡Arriba los corazones!
   Monaguillo: Abemus ad Dominum.   Monaguillo: Ya los tenemos unidos al Señor
  Sacerdote: Gratias agamus Domino Deo nostro.   Sacerdote: Demos gracias al Señor Dios nuestro.
  Monaguillo: Dignum et justum est.   Monaguillo: Digno y justo es.

Prefacio de los domingos ordinarios

  Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes:   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro:

  Y dicen todos de rodillas 

  Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli, et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui venit in nomine Domini. Hosanna in excelsis.   Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de los Ejércitos. Llenos están los cielos y la Tierra de tu gloria. Hosanna en las alturas: Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las alturas.

CANON DE LA MISA

18. - Plegaria por la Iglesia

  El Celebrante, levantando los brazos y los ojos hacia el Crucifijo, como para acercárselo más a Cristo y mejor identificar el Calvario con el Altar, reza profundamente inclinado y en silencio:

  Te igitur, clementissime Pater, per Jesum Christum Filium tuum Dominum nostrum, supplices rogamus ac petimus, uti accepta habeas, et benedicas, haec U dona, haec U munera, haec U sancta sacrificia illibata, in primis, quae tibi offerimus pro Ecclesia tua sancta catholica: quam pacificare, custodire, adunare, et regere digneris toto orbe terrarum: unacum famulo tuo Papa nostro N. et Antistite nostro N. et omnibus orthodoxis, atque cattholicae et Apostolicae fidei cultoribus.   Te pedimos, pues, y humildemente te rogamos, oh Padre clementísimo, por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que recibas y bendigas estos U dones, estas U  ofrendas y estos U santos y puros sacrificios; que te ofrecemos, en primer lugar, por tu Santa Iglesia católica, para que te dignes darle la paz, guardarla, unificarla, y gobernarla en toda la redondez de la tierra, juntamente con tu ciervo el Papa N., nuestro Prelado N., y todos los que profesan la verdadera fe católica y apostólica.

  19. - "Memento" de los vivos

  El Celebrante extiende y junta las manos mirando al Crucifijo, reza las primeras palabras de la siguiente oración (hasta N., N.), y, después de una breve pausa, para encomendar a algunas personas en particular y nominalmente, prosigue lo demás:

  P: Memento Domine famulorum, famularumque tuarum N. et N. et omnium circumstantium, quorum tibi fides cognita est, et nota devotio, pro quibus tibi offerimus: vel qui tibi offerunt hoc sacrificium laudis pro se, suisque omnibus: pro redemptione animarum suarum, pro spe salutis et incolumitatis suae : tibique reddunt vota sua aeterno Deo vivo et vero.   Acuérdate, Señor, de tus siervos y siervas N. y N...., y de todos los circunstantes, cuya fe y devoción te son conocidos; por los que te ofrecemos, o que ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, por sí y por todos los suyos, por el rescate de sus almas, y por su salud y bienestar corporal; y que también te tributan sus homenajes a Ti, Dios eterno, vivo y verdadero.

20. - Conmemoración de los Santos

  Para que la oración de la Iglesia militante sea mejor atendida por Dios Padre, invoca ahora el Celebrante la intercesión de la Sma. Virgen y de los Santos de la Iglesia triunfante, en cuyo honor se ofrece también este Sacrificio:

  Communicantes, et memoriam venerantes, in primis gloriosae semper virginis Mariae genitricis Dei et Domini nostri Jesu Christi: sed et beati Joseph, ejusdem virginis sponsi et beatorum Apostolorum ac martyrum tuorum, Petri et Pauli, Andreae, Jacobi, Joannis, Thomae, Jacobi, Philippi, Bartholomaei, Matthaei, Simonis et Thaddaei: Lini, Cleti, Clementis, Xysti, Cornelii, Cypriani, Laurentii, Chrysogoni, Joannis et Pauli, Cosmae et Damiani, et omnium sanctorum tuorum: quorum meritis precibusque concedas, ut in omnibus protectionis tuae muniamur auxilio. Per eumdem Christum Dominum nostrum. Amen.     Unidos por la comunión de los Santos*** y honrando , primeramente, la memoria de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, Señor y Dios nuestro, y la de tus bienaventurados Apóstoles y Mártires: Pedro y Pablo, Andrés, Santiago, Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo, Lino, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisogono, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y de todos tus Santos; te pedimos, por sus meritos e intercesión, nos concedas ser fortalecidos en todo con el auxilio de tu protección. Por el mismo Jesucristo N. S. Así sea

21. - Jesucristo, nuestra Víctima

  Cumplido el deber de caridad de encomendar a Dios a la Iglesia militante y triunfante, el Celebrante concentra toda la atención sobre el Cáliz y la Hostia, y extiende sobre ellos ambas manos como para descargar sobre Jesucristo todos nuestros pecados y responsabilidades y constituirlo nuestra Víctima.

   Hanc igitur oblationem servitutis nostrae, sed et cunctae familiae tuae, quaesumus, Domine, ut placatus accipias : diesque nostros in tua pace disponas, atque ab aeterna damnatione nos eripi, et in electorum tuorum jubeas grege numerari. Per Christum Dominum nostrum. Amen.     Por lo mismo, Señor, te rogamos te dignes admitir favorablemente esta ofrenda en testimonio de nuestra dependencia y de toda tu familia: y hacer que pasemos, en paz contigo, los días de nuestra vida, que nos veamos libres de la condenación eterna y seamos por Ti incluidos en el número de tus escogidos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.  

  El Celebrante hace algunas señales de la cruz sobre el pan y el vino. El monaguillo toca la campanilla y, en las Misas rezadas, sube a la grada para levantar la casulla desl sacerdote, facilitándole así sus movimientos.

  Quam oblationem tu, Deus, in omnibus, quaesumus benedictam  U  adscriptam  U , ratam  U  rationabilem, acceptabilemque facere digneris: ut nobis Corpus  U  et Sanguis  U fiat dilectissimi Filii tui Domini nostri Jesu Christi.      La cual ofrenda, suplicamoste, oh Dios, te dignes ordenar sea ben U dita, adscri U ta, ratifi U cada, racional y agradable: de suerte que se convierta, para nuestro provecho, en el Cuer U po y San U gre de tu muy amado Hijo Jesucristo, Nuestro Señor.

 


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  • 1. El día de Navidad y durante su Octava, en el lugar señalado por los tres asteriscos, se añade: *** y celebrando el día sacratísimo en que la inmaculada virginidad de María Santísima dio a luz al mundo al Salvador;  y honrando, primeramente, etc. (sigue arriba)
  • 2. El día de Epifanía y durante su Octava, se añade: *** y celebrando el día sacratísimo en que tu Hijo Unigénito, coeterno contigo en tu gloria, apareció visiblemente en la realidad de nuestra carne corporal; y honrando, primeramente, etc. (sigue arriba)
  • 3. El día de Pascua y durante su Octava, se añade: *** y celebrando el día sacratísimo de la Resurrección de N. Señor Jesucristo, según la carne; y honrando, primeramente, etc. (sigue arriba)
  • 4. El día de la Ascensión y durante su Octava, se añade: *** y celebrando el día sacratísimo en que Nuestro Señor, tu Hijo Unigénito, colocó a la diestra de tu gloria a nuestra frágil naturaleza unida en Él a su Divinidad; y honrando, primeramente, etc. (sigue arriba)
  • 5. El día de Pentecostés y durante su Octava, se añade: *** y celebrando el día sacratísimo de Pentecostés, en que el Espíritu Santo se apareció a los Apóstoles en forma de innumerables lenguas; y honrando, primeramente, etc. (sigue arriba)
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